Un caminante que iba hacia cierto lugar, habiendo dejado atrás la población, no tuvo la precaución de preguntar con que se encontraría mas adelante.
Después de un largo recorrido, llego a un sitio en el cual el camino se dividía en dos.
Después de mucha vacilación resolvió dirigirse por el sendero que parecía mas transitable y espacioso; embelesado por la hermosura del paisaje, no se dio cuenta en que momento resulto al borde del abismo.
Preocupado ante el hecho de ver detenida su marcha de manera tan drástica, opto por regresar al camino anterior... le quedaban dos alternativas: tomar el camino paralelo o regresarse al pueblo.
Lo anterior nos muestra como aquel hombre se dejo impresionar por lo atractivo del camino. Así mismo muchas personas se dejan seducir por la fantasía del mundo, el cual las conduce al abismo de la perdición.
La palabra de Dios dice:
Paraos en los caminos y mirad y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino y andad por el y hallareis descanso para vuestras almas. JEREMÍAS 6:16
El discípulo Tomas, junto con Felipe, dijeron al Señor Jesús:
No sabemos a donde vas ¿como pues podemos saber el camino?.
Jesús les respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi. JUAN 14:6
Amigo lector: todo viajero o caminante necesita una hoja de ruta o una brújula que guíe su rumbo; te invito para que hagas un alto en tu camino y reflexiones. No existe una mejor guía para nuestra vida que el Señor Jesús y su bendita palabra, la cual te conduce a la vida eterna.
José Rubiel Pineda G.
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