En la espesura de un pequeño bosque
solitario y pensativo vive Francisco
quien conociera a Jesús hace años
habita humilde cabaña que en su amor le ha provisto
Le acompaña el susurro del viento
y también de las aves el trinar
arrullos y cantares vienen trayendo
las aguas de un precioso manantial
En su hogar estuvimos un domingo
una tarde soleada y muy hermosa
nos contaba que Dios con el es benigno
y narrando del Señor siempre se goza
Engrandece el nombre de Cristo
sus maravillas entona con rima
de un gran talento el Señor le ha provisto
sus narraciones a todos fascinan
diminuto y de frágil contextura
para las gentes pasa desapercibido
yo que le conozco ya hace tiempo
se lo mucho que de Dios ha recibido
veo como sus ojos lucidez han perdido
mas una gracia sin igual en ellos brilla
es Dios que con su Espíritu le ha ungido
por ello proclama de Jesús las maravillas
Cuando sus dedos aún agilidad tenían
hacia de su pasado remembranzas
al compás de una bandola le veían
entonar preciosos himnos de alabanza
Hoy nos cuenta Pachito con nostalgia
que su hogar lo frecuentaba mucha gente
mas los años su marcha no detienen
ahora es un anciano solo e indigente
Fue siempre miembro fiel de nuestro templo
y a la palabra de Dios agudizó su oído
extraña ahora que todos sus hermanos
por no estar congregado lo tengan en olvido
Por causa de los años que lo agobian
sus pies ya no pueden mover su ancianidad
por eso permanece fuera de los atrios
mas su corazón cerca de Dios está
Misericordia quiero y no sacrificio
dice el Eterno en su palabra
recibirá bendiciones y grandes beneficios
quien al pobre la puerta de su corazón abra
Primando el amor que su Dios le prodiga
quizá son las únicas que le suelen socorrer
Libia y Paulina hermanas y amigas
comparten con Pachito lo poco de su haber
no obstante los años que ha vivido
de los cuales Francisco ya no cuenta
que retenga lo que en la biblia haya leído
es motivo para que muchos se sorprendan
Quién tuviese un poco de su tiempo
y pudiese con pachito compartir
brindarle amor y las cosas necesarias
y sus últimos años feliz poder vivir
José Rubiel Pineda G.
1988
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