Mensaje a Pérgamo


APOCALIPSIS 2: 12…17. El período de esta iglesia, inicia con la conversión de Constantino en el año 316, d d C, hasta el completo desarrollo del papado, alrededor del 606 ddC, su levantamiento y el aumento de la tiranía sacerdotal.
Yo conozco tus obras y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre y no has negado mi fe, ni aún en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora SatanásAPOCALIPSIS 2: l3.
El Señor llama a Satanás el príncipe de este mundo. JUAN 14: 30 el apóstol Pablo lo llama el dios de este siglo. 2 CORINTIOS 4: 4.

Habían dos aspectos desfavorables en esta iglesia: 1- Había perdido su carácter de peregrina, pues ya estaba radicada, aparentemente muy bien establecida.
2- El lugar de su morada era el mundo. El enemigo trataba en vano de destruirla desde afuera; ahora estando dentro, trata de seducirla y corromperla. Para esos días el cristianismo se convirtió en la religión de la corte real; había poco celo por la verdad y solo se conformaban con retener el nombre del Señor y no negar la fe.

Dos grandes males eran tolerados en ese tiempo: 1- La doctrina de Balaam. Los líderes de esos días rechazaban la idea de que la iglesia se separara del mundo, los obispos se enriquecían y las iglesias recibían tierras y donaciones. Balaam significa devorador del pueblo.

2- Mientras la iglesia de Éfeso, aborrecía la obra de los “Nicolaítas”, la de Pérgamo la retenía.Ya no se trataba de que algunos hombres querían elevarse al rango de clérigos, sino que esta doctrina era defendida. En este período surgió la doctrina futurista del POSMILENIALISMO: Puesto que la iglesia ya era rica, se sugería la unión con el estado ( lo que hoy se llama concordato )Para tener alguna base bíblica al respecto, se dijo que los judíos habían sido apartados del favor de Dios para siempre y que las promesas de restauración y la futura gloria de Israel, ahora eran para la iglesia.

NOTA. Este pensamiento prevalece hoy en muchas congregaciones, que ignoran a Israel como el pueblo de la promesa. De esto nos habla nuestro amado hermano Pablo en ROMANOS 11.

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