Un hermoso encuentro

La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaronSalmos 85:10.

Hace muchos años, en los tiempos de mi infancia, recuerdo cuando mi padre salía del trabajo. Vivíamos como agregados en una hacienda ganadera, donde él se desempeñaba como ordeñador; la primera jornada iniciaba a eso de las 3 am. Y descansaban a las 9 a.m. El segundo turno comenzaba a las doce meridiano y terminaba a las cuatro de la tarde. Para nosotros era una alegría grande, ver asomar a mi padre a la distancia, que era algo así como un kilómetro, veíamos el puntico a lo lejos y sabíamos que era él, entonces nos apresurábamos para ir a su encuentro. En las mañanas venía un poco apresurado pues tenía que regresarse pronto, pero en las tardes era diferente, pues como disponía de más tiempo, lo rodeábamos pues tenía mucha gracia para contarnos historias, incluyendo su moraleja o consejo. Fueron tiempos muy hermosos al lado de mis viejos y rodeado de mis seis hermanos. Hoy solo existimos cinco, casi todos en el camino del Señor Jesús.

La biblia nos relata de hermosos encuentros, como el de María, madre de nuestro Señor, con su prima Elizabeth, quien para ese entonces tenía seis meses de embarazo. El saludo fue tan especial o mejor la unción del Espíritu Santo, que al saludo de María, la criaturita saltó en el vientre de su prima. Y aconteció que cuando oyó Elizabeth la salutación de María, la criatura saltó en su vientre y Elizabeth fue llena del Espíritu Santo. Lucas 1:41.

Cuando el hijo pródigo reconoció su situación, tomó la determinación de regresar a su hogar; veamos qué encuentro tan maravilloso: y levantándose, vino a su padre y cuando aún estaba lejos lo vio su padre y fue movido a misericordia y corrió y se echó sobre su cuello y le besóLucas 15:20.

Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido y vestidle y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies.

Y traed el becerro gordo y matadlo y comamos y hagamos fiesta;
Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido y es hallado. Y comenzaron a regocijarseLucas 15:22, 23, 24.

Y no terminaríamos hablando de encuentros: Cuando Jesús llama a Natanael, Juan 1: 5, El Maestro en Jericó y su encuentro con Zaqueo, Lucas 19:1…10

En el caso de Natanael, las palabras de Jesús le causaron admiración y en lo que respecta Zaqueo, El encuentro con el Señor, produjo en él arrepentimiento, pues reconoció que había defraudado a muchos.

Todos estos encuentros a la verdad son hermosos, pero hay uno que esperamos y cada día se hace inminente dicho encuentro; nuestro amado hermano Pablo en la carta a los romanos dice: Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Romanos 8: 25.

Otra escritura de antiguo pacto dice: Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te ha de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh IsraelAmós 4: 12.

A LA VERDAD HABEMOS DOS PUEBLOS QUE ESPERAMOS AL SEÑOR; ISRAEL POR PRIMERA VEZ COMO EL MESÍAS Y LA IGLESIA A JESÚS EL REY DE ISRAEL EN SU SEGUNDO ADVENIMIENTO…PREPAREMONOS! PARA ESE ENCUENTRO TAN GLORIOSO!

José Rubiel Pineda G.

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